Esta añada estará marcada por el granizo, siempre recordaremos aquel primer domingo de junio cuando mientras estamos haciendo trasiegos en la bodega, empezamos a ver caer la piedra por la ventana, intensa, con agua, dura… y de vuelta a Valencia, en el coche, siempre te queda la ilusión de que no haya sido para tanto… pero si lo fue… fue arrasadora, sobretodo en la parte de Alborea que mira hacia el Cabriel, donde tenemos gran parte de nuestros bobales (40%)… no quedó ni una hoja, ni casi sarmientos, nunca antes lo habíamos visto, ni mucho menos lo habíamos sentido en nuestras carnes.
Pero bueno, como la viña, pasados unos días de luto y lloro (y dudando si volvíamos podar la viña), nos pusimos manos a la obra para ayudar a las cepas apedreadas a recuperarse y a trabajar el resto de parcelas para elaborar los vinos del 2017.
La añada 2017 empezó con un otoño lluvioso y un invierno frio, con una nevada brutal en enero, lo que auguraba un gran año, porque como dicen en el pueblo, la ‘viña necesita calarse de invierno’ para completar un buen ciclo de maduración durante el verano. Y así fue, las parcelas que se salvaron de la piedra vegetaron estupendamente y maduraron aún mejor teniendo unas uvas equilibradas y llenas de frutosidad en vendimia.
Otro aspecto a tener en cuenta, fue la precocidad de la vendimia, porque después de ese invierno lluvioso, desde la tormenta del pedrisco en Junio, no volvió a llover hasta bien entrado el invierno de 2018, lo que provocó un adelanto del ciclo importante, menos mal que estuvimos atentos y no nos pilló el toro… y pudimos vendimiar en el momento óptimo.
A nivel de vinos, este año, debido a la sequía encontramos más concentración, un punto más de alcohol y algo menos de acidez que en 2016, pero un nivel de fruta espectacular, el resultado de las elaboraciones con racimo entero nos ha encantado, sobre todo para ¿y tú de quién eres?
Venta exclusiva en Península Ibérica y Baleares · Pedido mínimo 4 botellas · Accede a tu cuenta · Descartar